El verano de 2014 estuvo marcado por el conflicto entre la Franja de Gaza e Israel. Medio centenar de días con ataques y réplicas a los dos lados de la frontera que se saldaron con 2.205 muertos palestinos y 71 israelís. En este contexto, en noviembre de 2014, el Grupo Socialista registró la siguiente PNL en el Congreso:

En la exposición de motivos el PSOE evocó la Conferencia de Paz celebrada en Madrid en 1991, «en la que estuvieron presentes todos los actores implicados en el proceso, fue una reunión histórica porque, por primera vez en el conflicto, israelíes y palestinos se sentaban en la misma mesa para dialogar». Sin embargo, en el texto se cuestionaba los resultados de la misma, «se ha extendido la sensación de que el proceso que se inició en Madrid en 1991 ha agotado sus posibilidades«.
Los socialistas también reivindicaban el papel que había jugado España en los últimas decisiones internacionales sobre el conflicto: la admisión de Palestina como Estado miembro en la UNESCO (2011) y la concesión de la Asamblea General de Naciones Unidas de la condición a los Territorios Palestinos de Estado observador (2012). «Ambas decisiones, en las que el Gobierno de España ha jugado un papel promotor entre sus socios europeos» , señalaba el texto.
Gran expectación
A pesar de su carácter no vinculante, el debate y la votación de esta PNL generó una gran expectación. Esa tarde en la tribuna del Congreso se encontraban varios embajadores de países árabes y el entonces representante la Autoridad Palestina, Musa Amer Odeh. Junto al texto del Grupo Socialista se abordó en el Pleno la enmienda presentada por el Grupo Mixto y el de La Izquierda Plural (LIP) -que congregaba entre otras fuerzas a IU- y la del Grupo Popular.

Finalmente, en pro del consenso, se optó por la enmienda transaccional propuesta por los populares que añadía dos puntos a la esencia planteada por los socialistas:
- 3. Buscar en cualquier actuación en este sentido una acción coordinada en concierto con la Comunidad Internacional y en particular con la Unión Europea, teniendo plenamente en cuenta las legítimas preocupaciones, intereses y aspiraciones del Estado de Israel
- 4. Hacer valer la pertenencia de España al Consejo de Seguridad para propiciar dicha solución justa y duradera.
Por su parte, la enmienda del Grupo Mixto y LIP, que urgía a que el reconocimiento de Palestina como Estado se produjese antes de que concluyese la XI Legislatura, fue rechazada.
La PNL fue aprobada por 319 votos a favor, 2 votos en contra y una abstención. Tanto los votos en contra, como la abstención vinieron por parte de la bancada popular.
Una contribución por la paz
Por el grupo promotor de la PNL, tomó la palabra la exministra de Exteriores Trinidad Jiménez, que aseguró que «el reconocimiento del Estado palestino es la mejor contribución que podemos hacer para lograr la paz». La diputada socialista también llamó a la comunidad internacional a dar un paso más y lanzar
«un mensaje claro a Israel de que tiene la obligación de sentarse a negociar«.
«Soy consciente, señorías, de que esta iniciativa que hoy vamos a adoptar va demasiado lejos para algunos y es claramente insuficiente para otros, pero tiene el valor de que ha sido fruto del consenso, del pacto y la transacción, que es hablar de la esencia misma de la política, el valor del consenso el valor de la unanimidad», celebró Jiménez antes de concluir su intervención, como también harían otros grupos en sus respectivos turnos.
«Democracias avanzadas»
La diputada del BNG Rosana Pérez puso en marcha el contador para el Grupo Mixto expresando su confianza en que esta iniciativa no fuese el final sino «el principio de un camino que nosotros esperamos más pronto que tarde (…) en la línea de las resoluciones que se han aprobado ya dentro de la Unión Europea en el Parlamento de Suecia, de la moción aprobada en el Parlamento británico o de la que se prepara para la Asamblea francesa».
También con la mirada puesta fuera de nuestras fronteras intervino Joan Tardà (ERC): «Han tenido que venir democracias más avanzadas que la nuestra, como Suecia y Gran Bretaña, para enseñarnos cuál era el sendero que teníamos que seguir». El republicano, al igual que el resto de portavoces que subieron a la tribuna de oradores tuvo palabras de recuerdo y condena hacia el atentado que se cometió ese 18 de noviembre de 2014 en una sinagoga de Jerusalén. Pero también cargó contra Israel.
«Nos produce asco ver incluso que Hamás se alegra de este atentado. Es el mismo asco que sentimos cuando el ejército israelí vulnera los derechos humanos y sacrifica —porque esta es la palabra— tantas víctimas inocentes palestinas», afirmó Tardà.
Cuando los amigos hablan
Por el Grupo Popular intervino la diputada Beatriz Rodríguez-Salmones, quien a pesar de agradecer al PSOE la predisposición en las negociaciones, «agradezco mucho al grupo proponente que la haya aceptado las modificaciones que ha estimado oportunas», aprovechó el turno para censurar las palabras de la portavoz socialista: «Señora Jiménez, igual que le agradezco la voluntad de llegar a este acuerdo, no me parece el momento de hacer la lista de agravios contra nadie. Hoy hemos visto un horror y usted ha cargado contra un Estado que está en un momento de máximo dolor, cuya supervivencia está peligrando».
Estas fueron las palabras con las que Jiménez arrancó su intervención y en las que hizo referencia al mencionado atentado:
Por su parte, Aitor Esteban (PNV) manifestó que el Gobierno de Israel «debe entender unas cosas sobre todo cuando se las dicen los amigos». Para posteriormente añadir que «el terrorismo que puedan ejercer algunos grupos, grandes o pequeños, en contra del Estado israelí no lo legitima todo».
El diputado vasco quiso destacar también la desproporción de medios entre ambos bandos: «Responder a los cohetes, por mucho que estos fueran lanzados desde Gaza, con la destrucción de barrios, de ciudades enteras y con el trabajo del ejército es auténticamente desproporcionado«.
Nacionalizar el debate
Durante el debate, también tomó la palabra la diputada de UPyD Irene Lozano que pidió en términos generales dejar de «utilizar las cuestiones de la política internacional para la propia caracterización ideológica de los distintos partidos políticos en el debate nacional».
Una realidad que se congratulaba en esta ocasión no había ocurrido, «es una auténtica satisfacción que hayamos dejado de lado las diferencias (…) para tratar de contribuir a abrir el camino a una negociación entre las partes».
Lozano también señaló que para su grupo la solución del conflicto palestino-israelí pasaba por la evolución de la Autoridad Nacional Palestina hacia la consecución de un Estado democrático y por el cese de la ocupación de Israel de los territorios palestinos.
«Gracias, en nombre del Gobierno»
Muestra de la relevancia y la proyección que había adquirido la iniciativa, incluso a pesar de su carácter no vinculante, fue la decisión del ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo de intervenir. Implicado directamente en las negociaciones con los socialistas sobre el contenido de las enmiendas y los puntos finalmente aprobados.
«He querido asistir, a pesar de no ser diputado, a esta sesión para expresar la esperanza del Gobierno de que esta declaración de voluntad del Congreso de los Diputados sirva para desatascar un proceso de negociación que lleva muchos años atascado», confesó el ministro, quien reiteró el compromiso del ejecutivo con los cuatro puntos recogidos en la PNL a debate. «Siempre he creído que la política exterior debe ser una política de Estado», añadió.
«Gracias, por tanto, en nombre del Gobierno a todos los grupos que han manifestado su apoyo a esta declaración y nuestra voluntad de aplicarla con la máxima eficacia, justicia y prudencia posible», concluyó García-Margallo entre aplausos.